28/8/2009
Por: Jessica Ríos Viner
De: Dialogo Digital
Universidad de Puerto Rico
Estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras y Mayagüez están desarrollando un innovador proyecto, que busca colocar un microtransmisor portátil en el torax de las abejas, para poder rastrearlas, conocer por qué muchas no regresan a la colmena, estudiar las áreas de apareamiento, y hasta dónde llega la señal que emiten para conocer cómo se comunican.
La idea de esta iniciativa surgió, luego de que para el 2006, hubiese un colapso en las colmenas en los Estados Unidos y Europa. Las abejas salían de su colmena y no regresaban, "ni siquiera se encontraban cadáveres, simplemente desaparecían", explicó a Diálogo Digital el biólogo Alberto Galindo, quien se encuentra finalizando su doctorado en Biología en el Recinto de Río Piedras de la UPR.
El desarrollo del proyecto tendría un gran impacto en la agricultura, ya que las abejas son sumamente necesarias para ésta. Sin ellas no hay producción de plantas, flores o frutos. "Estados Unidos, por ejemplo, produce un 80 por ciento de las almendras que se consumen en el mundo, y éstas tienen que ser polinizadas por abejas", mencionó Galindo.
Actualmente, el único radar que podría ser utilizado para esto tipo de estudio, se encuentra en Inglaterra, y el mismo no es portátil.
El proyecto pretende, a largo plazo, que se pueda aplicar el transmisor a otros insectos, para poder estudiar su comportamiento.
El estudio es llevado a cabo por los estudiantes sub graduados de Biología, Laura Caicedo, Carlos Huertas, Carlos Rivera y la estudiante de maestría Rafiné Moreno. El diseño del radar, por otro lado, por el Catedrático de Ingerniería Eléctrica en el RUM, Rafael Rodríguez, y el ingeniero, Gianni Pablos. Además, se encuentran trabajando en conjunto con la Universidad Newbrunswick en Canadá.
La iniciativa requiere de mucho trabajo e inversión de tiempo, ya que, tienen que probar los transmisores primero, porque pueden quemar a las abejas, y luego tienen que enseñar a las abejas a volar con el mismo puesto, ya que no están acostumbradas al peso, indicó Galindo.
Ford interesado en la Colmena
Para financiar el costoso proyecto, los estudiantes solicitaron la ayuda del programa de becas de Conservación Ambiental de Ford Motor Company.
Éste es el noveno año que la compañía ofrece el programa de donativos en la Isla. Según Laura Rentas, gerente de comunicaciones de Ford International para Puerto Rico e Islas Vírgenes, este año el programa cuenta con $40 mil en fondos para repartir entre organizaciones o individuos que estén desarrollando programas de conservación y/o educación ambiental.
Entre las organizaciones que han ayudado, se encuentra el Grupo Coquí de la UPR, el cual lleva años investigando los coquíes y desarrollando formas para que se puedan desarrollar en cautiverio, y así poder sacar a varias clases de coquíes de la lista de especies en peligro de extinción.
Asimismo, otorgaron fondos a la organización Sendero Verde, quienes desarrollan material educativo ecológico para el sistema de instrucción pública. Sin dejar atrás, organizaciones pequeñas, como el grupo Boricuá, una cooperativa de agricultores orgánicos del centro de la Isla.
"Una vez recibimos una propuesta de un grupo de ciudadanos de Ocean Park, que por iniciativa propia, cuando las tortugas venían a poner huevos a la playa, le pusieron una valla para que pudieran anidar ininterrumpidas", enunció Rentas.
Este programa de becas existe a nivel global, en Puerto Rico, América Central, África, el Pacífico, y se originó en Europa.
Para participar...
Para participar de los donativos es necesario que la iniciativa de conservación sea sin fines de lucro, y que esté implementada y en proceso. Si el proyecto está en proceso de planificación no será considerado para beca, explicó Rentas.
Hay tres categorías para las que pueden someter proyectos: Ingeniería de Conservación, que incluye proyectos tengan como meta reducir el grado de consumo de recursos naturales y/o contaminación; Protección de Ambiente Natural, incluye proyectos para conservar flora, fauna y su respectivo hábitat, y, Educación Ambiental, incluye proyectos dirigidos a crear o aumentar conciencia y conocimiento ambiental.
Las propuestas son evaluadas por un panel de jueces expertos en temas ecológicos, que no tienen relación alguna con Ford. Ellos seleccionarán ganadores siguiendo los criterios de: utilidad, necesidad financiera, replicabilidad, dedicación y originalidad. Además, deciden cuánto y a quiénes se entregarán los fondos.
"El donativo se entrega metálico, ellos (la organización) lo invierten como necesiten y nos rinden un informe a cabo de un año de cómo utilizaron los fondos, aclaró Rentas.
"Lo que queremos es saber de todos esos héroes anónimos que hacen cosas maravillosas por el ambiente y, a veces, no tienen ni los recursos, ni los medios, para desarrollar sus proyectos. Queremos ser sus socios y ayudarlos a desarrollar sus proyectos y darlos a conocer, con el propósito de que sirvan como ejemplo a otras personas para que se animen a imitarlos", sostuvo.
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